Mariano Moreno

Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas iluciones sucederán a las antiguas, y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.
Mariano Moreno

martes, 26 de octubre de 2010

Ideologìa y hegemonìa

Prof. Rodrigo Arriagada Cornejo
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ANÁLISIS DEL DOCUMENTO BASE
El presente es un trabajo práctico realizado para la cátedra Historia de la Educación Argentina y
Latinoamericana de la Universidad Virtual de Quilmes
Ideología y Hegemonía
La educación nunca es neutral. Desde su creación a la actualidad, el Sistema Educativo ha sido la
concreción y el medio privilegiado para la imposición de ideología (una manera de entender el mundo);
ésta correspondencia y reproducción entre educación y sociedad ha sido por momentos política
momentos económica
prácticas especificas llevadas adelante en los distintos componentes de dicho Sistema tales como el
método, los objetivos, las actividades, la tarea docente, las materiales didácticos, la estructuración de
los distintos niveles de educación de acuerdo al perfil del sujeto y la evaluación a escalas micro y
macro. Uno de los cuestionamientos que deben realizarse ante el proyecto de una nueva Ley, es el desocultamiento
de los intereses últimos que nunca están liberados del discurso epocal. Rastreando
históricamente, se puede afirmar que este enfoque sobre la educación se ha notado en la constitución
del Estado Moderno, en su consolidación posterior, en el asentamiento de la oligarquía, en las épocas
peronista y desarrollista
década de los 70, profundizadas en la concreción de la Ley Federal de Educación de los 90. Al respecto
se analizan dos momentos en la historia donde se evidencia con gran claridad la correspondencia
mencionada. En primer lugar parece oportuno, por ejemplo detenerse en los análisis que realizan
Somoza
bases para la Nueva Ley debido a la semejanza con épocas del peronismo puro donde a través de la
mistificación de alegatos y prácticas pedagógicas sociales (no sólo educativas), se buscaba la
transmisión de una ideología dominante –no sólo desde lo intelectual sino también desde lo emocionala
la que el pueblo debía adherir de manera casi reverencial ya que se postulaba siempre como lo bueno
y lo deseable. La reiteración de términos y frases hechas o trilladas en el actual documento, el
mesianismo
de actos del pasado reciente, hacen reflexionar sobre dicha semejanza entre épocas. Sumemos a esto
los gestos de control de la información que circula por los medios amparados en la audiencia, más los
actos patrios utilizados para actos políticos o las distintas formas de clientelismo y se verá de qué
manera no solamente existen metáforas similares sino también cómo se asiste al reino de la
ambigüedad. De esta forma, al igual que en épocas peronistas puras, se trata de desprestigiar lo
anterior, de salvaguardar la imagen del líder salvador, pero en este caso además es doble el circo ya
que muchos de los que hoy se atribuyen estas características de buen político en décadas anteriores
participaron del mismo modelo que hoy cuestionan
presencia de la ideología en la Ley Federal, se puede afirmar que el proyecto Neoliberal se plasma en
dicha Ley. Hablar en términos de “servicios educativos”, hace referencia a la filosofía de entender a la
educación como un servicio, como un bien de mercado; en general se habla de mercantilización de la
educación. Cuando en dicha ley se habla de la educación para la democracia moderna, habría que
pensar en cómo se mantiene aún históricamente la formación para los deberes cívicos de los
estudiantes en los espacios educativos. Por otra parte, ¿qué práctica concreta se da en las escuelas
para ejercer tales derechos desde la acción? ¿Qué modelo de democracia se ha ofrecido desde
quienes elaboraron la ley? La clara correspondencia y reproducción de la educación con el modelo
1, por2 y por momentos una conjunción de ambas. Esto se ha manifestado en las3 y finalmente en las políticas de liberalismo4 y neoliberalismo aplicadas desde la5 y Dabat6, desde quienes se parte para interpretar riesgos en el discurso presentado en las7 vislumbrado en párrafos enteros y los ejemplos de vanagloria junto al desprestigio culposo8. En segundo lugar, haciendo referencia a la
1
pautas modernizantes del sector porteño...” (Tedesco, 1993 ) En esta etapa, el modelo económico estaba signado desde la agroexportación para lo cual no fue necesario
implementar otro tipo de educación.
La enseñanza media y la enseñanza superior, por ejemplo, en épocas oligárquicas cumplieron la función de “...formar una clase política homogeneizada en la adhesión a las
2
Como por ejemplo, con el desarrollismo.
3
Dabat aporta de qué manera el desarrollismo necesitó del industrialismo y de la educación como herramienta principal.
4
autoridad central y el disciplinamiento desprendidos de una pedagogía elaborada subyacía al proyecto educacional, encaminadas a refundar el sujeto y la sociedad sobre
otras bases ideológicas y metafísicas.
Dabat, Roque realiza un análisis sobre el vaciamiento ideológico llevado adelante por la dictadura militar, la higienización de los curriculums, la relación vertical con la
5
durante el primer peronismo. 1943-1955. Editorial Los libros del riel. Bs. As.
Somoza Rodríguez, M. Una mirada vigilante. Educación del ciudadano y hegemonía en la Argentina. En Cucuzza, H.R. (1997) En: Estudios de historia de la educación
6
Dabat, Roque Esteban. Carpeta de la Asignatura. Universidad Virtual de Quilmes, 2000.
7
de la significación de la manipulación de masas, fenómeno comparable desde el peronismo a ciertas prácticas cotidianas transmitidas a la sociedad desde el gobierno.
Al respecto del mesianismo, Somoza –en el libro citado- menciona que “el dirigente se autorizó en el grupo que lo autoriza, para coaccionar al propio grupo, yendo más allá
8
Igualmente es preciso señalar lo hecho por la Revolución Libertadora desde la des-ideologización del peronismo.
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económico y cultural se ve reflejada en cuanto se menciona que uno de sus objetivos sea el desarrollar
habilidades instrumentales incorporando el trabajo como elemento pedagógico que acredite para el
acceso a los sectores de producción y del trabajo sumado a la alternancia entre el ciclo polimodal y las
empresas. Se busca un perfil de alumno trabajador y productor, más que un crítico que desarrolle otras
capacidades para insertarse y transformar el mundo. El neoliberalismo necesitó mano de obra barata y
no trabajadores calificados para los distintos sectores de la economía. Desaparece la escuela técnica ya
que no hay más industrias. Se cambió el modelo industrial (desarrollismo) por un modelo propio del
capitalismo neoliberal. En el modelo neoliberal, si bien se vislumbra en las palabras una preocupación
importante por la educación, en la práctica ha habido una despreocupación y un desamparo por parte
del estado. La concepción de fondo de esta ley también tiene que ver con la lógica de la competitividad
desde la cual se busca la mejor calificación de los empleados para el mundo del trabajo. En la relación
entre las empresas y las escuelas, se nota claramente la correspondencia de la que habla Althuser. Se
pasa de considerar el perfil del educando como empleado y no como ciudadano. Se agranda la
economía de mercado, decrece el rol protagónico del estado.
La ambigüedad del discurso y la teoría y la práctica
A partir de lo dicho anteriormente, y siguiendo a Da Silva
hegemonía ideológica se nutre del manejo eficaz de los dispositivos lingüísticos, la utilización de la
retórica construida alrededor de términos que contienen una carga positiva. Súmese a esto, la
ambigüedad de hacer en las prácticas concretas de gobierno lo opuesto al discurso que se promueve.
Donde más se ven similitudes entre el documento base y la Ley vigente, es que en ambos escritos se
esgrimen hermosos discursos que prometen que lo que se va a hacer a partir de ellos, es algo muy
bueno para el país. Pero como se sabe, las palabras sin un sustento en la práctica quedan huecas de
contenido, y la verdad es que se está bastante harto de tanto palabrerío inactivo, o lo que es peor,
disfrazando acciones opuestas. Esto se ve reflejado cuando aparece en uno de los documentos el
“derecho a enseñar y a aprender dentro del marco del proceso de integración” que hace clara alusión al
proceso de la globalización que en la práctica dicha integración al mundo se entendió como la entrega
de la soberanía de empresas y patrimonio. Lo mismo puede decirse de la identidad nacional y la
posterior venta de tierras a capitales extranjeros incluso con poblaciones aborígenes viviendo en el
mismo territorio vendido o los temas que aparecen referidos al cuidado del medio ambiente cuando en
realidad se han instalado capitales en el territorio nacional que practican lo contrario. Se presenta en
ambos discursos, un rol activo del Estado como garante del cumplimiento de ese derecho, aunque
como se ve en la realidad, a muchos argentinos no se les otorga la satisfacción de las necesidades
mínimas de subsistencia. Si el objetivo desde la educación era y es crear una sociedad “justa y
autónoma”, esto se ve contrarrestado con las acciones derivadas del modelo neoliberal que llevó a la
alineación y a la dependencia. Por otra parte, la ambigüedad recién mencionada se presenta en la
actualidad, reforzada en las prácticas concretas, donde existe crecimiento económico en el país pero -
paradójicamente- se traslucen las condiciones de pobreza y esclavitud más la privación de derechos
sociales y constitucionales de miles de ciudadanos. Si realmente, como dice el documento base se
busca la participación de todos, ¿cómo es posible que exista gran parte de la población que ni siquiera
tenga noción de que está en marcha una nueva ley? ¿Por qué no existe la participación más fluida de la
población a partir de su incorporación en el debate político actual? ¿Por qué se deciden cuestiones
vitales sin una consulta permanente? La población no participa sólo porque no tiene tiempo real, por
estar en crisis o porque durante años se la ha domesticado (incluso desde las prácticas educativas)
para que no se involucre y esa sea su manera de hacer política (la política de no involucrarse en
política).
9, se sostiene que la construcción de la
Cambio de época. Recetas modernas en posmodernidad. Reforma: ideas fuerzas.
Los profundos “cambios de época” y no “época de cambios” han sido ampliamente analizados desde la
lectura crítica de la realidad y desde la propia acción cotidiana. En la actualidad se asisten a grandes
transformaciones en todos los aspectos de la vida. El error desde el análisis que se está proponiendo en
el documento base es el considerar modificar la Ley Federal vigente a partir de categorías modernas,
cuando en realidad, éstas no son suficientes para comprender las grandes mutaciones a las que se
asiste.
9
Da Silva, T. “El proyecto educativo moderno: identidad terminal?. En Veiga Nieto (comp.). Critica pos-estructuralista y educación, Ed. Alertes, Madrid.
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El proyecto moderno y su relación con la educación escolar es sintetizado por Da Silva
que la educación escolarizada y pública sintetiza las ideas de la Modernidad y del Iluminismo
corporizando las ideas del progreso constante a través de la razón y de la ciencia, de las infinitas
posibilidades del sujeto autónomo y libre, de la liberación social y personal, de la ampliación del espacio
público a partir de la ciudadanía, de la movilidad social, entre otros. La escuela ha aparecido como el
centro privilegiado de transmitir esos principios y de construir subjetividad; es la Institución moderna por
excelencia. El sujeto moderno es una construcción moderna, basado en el proyecto iluminista de la
sociedad. Las críticas a la modernidad desde el pos estructuralismo y el pos modernismo, y cotejando
los datos de la realidad, hacen necesaria la elaboración no de un nuevo discurso moderno adaptado a
la realidad actual, sino de la construcción de una nueva perspectiva crítica en educación. Da Silva
afirma desde una visión de oportunidad actual que “la no-existencia de criterios últimos, de
fundamentos o de narrativas maestras significa no el fin de lo político, sino su ampliación”
Quizá lo que se pretende con la nueva Ley sea lo que el autor menciona como la exaltación de los
pretendidos potenciales de emancipación modernos y su pureza de origen contra los asaltos del
neoliberalismo, plasmados en la Ley Federal anterior. La construcción tendrá que ver con un acuerdo
educacional puro y liberado de las influencias del poder. La tarea de la teoría critica en educación debe
ser la de la contestación y el cuestionamiento permanente desde el interior mismo de las relaciones de
poder y de su propio compromiso en el establecimiento de las jerarquías, posiciones y autoridades
privilegiadas
10, quien sostiene11.12
De lo dicho anteriormente se desprenden algunos puntos clave a la hora de emprender reformas. Desde
la educación, lo importante es leer críticamente el mundo, tanto para la adaptación como para su
transformación. En tal sentido, no pueden dejar de destacarse los intentos que desde una filosofía de la
educación acerca Paulo Freire, para quien la educación transforma la realidad desde la conciencia
crítica y el proceso de participación total en la teoría y en la práctica. Será preciso re-interpretar el
mundo desde la lógica de la pedagogía de la liberación pero teniendo en cuenta que los procesos
históricos son distintos, que la subjetividad social es otra, que hay mucha renovación y mucho cambio
en la óptica desde la que se mira el mundo.
Es importante señalar que si no se avanza en el sentido de la real participación de toda la población, la
implementación de la nueva ley será orquestada y puesta en acción por los mismos sectores
dominantes que desde antaño se han encargado de realizarla
de la sociedad en un proyecto de país y en un proyecto de educación, se podrá construir algo
significativo para todos. Esta es una decisión política muy valiente que no se sabe si se está dispuesto a
tomar.
13. Sólo participando realmente el conjunto14
De acuerdo con el pensamiento de Michael Foucault, como toda institución moderna, el sistema
educativo se presentó como institución de encierro con objetivos de disciplinar cuerpos para el Estado
a partir de la vigilancia y el control. Esto se pone de manifiesto en las distintas formas de evaluación,
planificación, cuaderno de aula, rol del maestro, supervisión, etc. que buscaron en base al autoritarismo
(marcado más en unas épocas que en otras) la neutralidad de la educación y la domesticación de la
población que le impidió a los hombres tomar conciencia de si, de sus derechos y de entender la
educación como construcción de sí mismos desde la liberación. Será importante crecer en cuanto a la
actitud de crítica permanente de las diversas ideologías que circulan en la sociedad, tanto en los medios
de comunicación, como en los libros de texto, como en los contenidos seleccionados, como en la forma
de evaluar y clasificar, como en los métodos utilizados. Sólo podrá ser significativa una educación
relevante, que atrape al estudiante en la construcción de sí mismo. Esto se logra por el camino del desocultamiento
de las cadenas opresivas que no siempre se presentan de manera precisa, sino que se
manejan por lo general en el plano de la ambigüedad. Es necesario preguntar sobre la significación de
las instituciones de encierro y cómo opera hoy el mundo, para entender que la escuela como tal deberá
modificar las estructuras referidas a actividades, edificios, métodos, objetivos, convivencia, etc. Es cada
vez más difícil disciplinar un cuerpo en la pos-modernidad, era de la fluidez, no de la solidez. ¿Cómo se
pretende mantener el modelo de sociedades de vigilancia y control modernos en cuerpos posmodernos
que ya no pueden sostener esa estructura?
10
Ibidem.
11
Da Silva, Ob. Cit.
12
Ibidem.
13
poder de turno, tampoco deberá ser entregado a los grupos de poder tradicionales relacionados con la oligarquía omnipresente en el escenario nacional. Siguiendo a Dabat,
“lo más difícil para una sociedad no es construir la democracia formal de sus instituciones, sino hacerla real en la vida de todos los días y en la escuela” (Dabat, 2000)
En este sentido preocupa cada vez más las acciones del actual gobierno tendientes al acaparamiento del poder en pocas manos. Si bien no puede quedar en manos del
14
El lugar que aparece como garante de la participación es el PEI sin llegar a definiciones que hablen de un real involucramiento de todos los actores.
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Respecto a las prácticas educativas, se plantea el tema de cuál es el sustento y la óptica desde la cual
se pueden seleccionar contenidos, objetivos, métodos, clasificaciones desde el lugar que ocupan los
gobernantes. ¿Por qué no pensar en una actividad construida por todos los sujetos intervinientes? ¿El
voto les da esa legitimidad? ¿Dónde existe la real participación? ¿Sólo con el voto cada dos o cuatro
años? Innumerables experiencias garantizan que participando involucrándose, los sujetos logran el
interés por educarse más y mejor.
El proyecto de ley sigue sosteniendo en gran parte una cosmovisión moderna del mundo y de la
educación. Faltan explicaciones y propuestas para el mundo posmoderno. Faltan consideraciones sobre
nuevos avances en la comprensión de los hechos desde la sicología tales como la inteligencia
emocional y las inteligencias múltiples. El discurso sigue siendo moderno, como si se pensara que
estamos en los años 70. El mundo se ha transformado y es necesario re - actualizar los significados de
los términos sin que pierdan el sustento ético que les dieron origen.
El paradigma positivista ha dominado durante gran parte del siglo XX las orientaciones generales y la
didáctica específica en desmedro de los distintos intentos de modificación (criticados oportunamente)
como la Escuela Nueva
propuesta otorgará mayor beneficio para vencer la desvinculación entre teoría y práctica, entre
Universidad o Escuela y el mundo de la vida cotidiana.
La redefinición del rol docente tendrá que ver con su profesionalización, (no entendida en términos
neoliberales) sino apuntando a su mejoramiento como práctica política y social. Barrer, es necesario,
con la consideración de su trabajo como un técnico y darle el lugar de agente político e intelectual.
Históricamente se ha vaciado al docente de ese rol político que juega dentro de una sociedad, desde la
consideración de la imparcialidad de la educación. La formación permanente, la dignidad del trabajo
destinado tanto al aula como a la investigación, los sueldos dignos, la ética profesional y la participación
de todos en organismos colegiados de toma de decisiones micro y macro, harán posible la
resignificación del cargo, abriendo nuevos horizontes, incorporando nuevos sujetos y haciendo la tarea
relevante y placentera.
Se considera que el modelo de familia moderna ya no puede ser tenido en cuenta en la generalidad
como el “agente educativo primario”. Paradójicamente, una de las causas de la destrucción del modelo
familiar moderno han sido las condiciones de competitividad, consumismo, relativismo, propuestas por
la cultura económica capitalista imperante que ha ido evolucionando desde su constitución. El modelo
de familia moderno construido históricamente no existe en todos los casos: se ha mutado o ha
desaparecido en un alto porcentaje de la ciudadanía. La resquebrajada familia posmoderna, no puede
cumplir esa función ya que sus condiciones de existencia no lo hacen posible. Será necesario
resignificar el lugar que ocupa esta institución.
Muchos de estos temas mencionados, se traslucen en el documento base, como por ejemplo la
incorporación de la lectura crítica en Internet, la mejora de la condición docente, los avances en las
posibilidades materiales, la cuestión de la identidad nacional y las identidades locales entre tantas otras
proposiciones que se pueden citar aquí; pero debido a las prácticas cotidianas actuales junto a la
ambigüedad discursiva sumado a la poca legitimidad que tienen algunos políticos que elaboraron el
documento, se permite aquí dudar metódicamente de las reales intenciones de fondo. En el documento
base también se sigue sosteniendo la máxima comeniana de enseñar todo a todos, a partir de la
escolaridad obligatoria sin profundos cambios en su concepción moderna estructurada basada en el
enciclopedismo agobiante y la falta de articulación entre asignaturas y niveles, con poco lugar a las
especializaciones que parten de la amplitud de incentivos que poseen los sujetos posmodernos.
Para resignificar la escuela como plantea el documento, será necesario resignificar la familia, lograr la
dignidad social ya que de otro modo, la propuesta educacional seguirá circulando por carriles anexos y
a modo de parches de situaciones conflictivas. En tal sentido se necesitan cambios radicales en la
estructura social para que se vean luego reflejadas en la estructura educativa. Aunque es un proceso
cíclico, aquí no se ven ambos aspectos tan relacionados mirando las prácticas concretas.
El cambio radical en la visión didáctica pasa por correrse del lugar de la transmisión de conceptos para
centrarse en la preparación en herramientas para la propia investigación, para la lectura crítica de todos
los procesos humanos y sociales y para la autonomía académica. Esto exige sobre todo, modificar la
tarea docente y la didáctica. Asimismo, la Educación Cívica debe ocupar el lugar de crítica social y de
prácticas de socialización y democratización en un mundo diferente al del siglo XIX donde los conflictos
15. En tal sentido, recuperar ideas y prácticas relevantes de este tipo de
15
donde los cambios impulsados fueron más a escala didáctica que pedagógica o ideológico – político.
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mundiales de ciudadanía incorporan nuevas variables de conflictividad. Este espacio deberá propiciar la
participación en los diferentes ámbitos de la vida social tales como: escuela, consejos de educación,
mundo del trabajo, organizaciones no gubernamentales, organismos de gobierno, etc.

domingo, 24 de octubre de 2010

Hegemonía

El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa "guiar", "preceder", "conducir", y del cual deriva "estar al frente", "comandar", "gobernar". Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejercito. Se trata pues de un término militar. Egemone era el conductor, el guía y también el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del Peloponeso, se habló de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza de las ciudades griegas en lucha entre sí.


El concepto hegemonía pareciera estar mas subscripto a las relaciones entre los estados    que a entre las clases, sin dudas esto visión es parte de una imposición lograda por la clase que detenta el poder. Ese poder que no esta solo basado en la posesión de medios de producción sino también en la superestructura, que mantiene, sostiene e impone su dominación ideológica, a través del aparato estatal, por sobre otras tantas instituciones privadas.
Sí en el pasado feudal, la dominación ideológica se daba por medio de las leyes divinas y sus representantes en la tierra, el poder eclesiástico, en la modernidad el Estado es el encargado de mantener la supremacía de las ideas, y esas ideas son la legitimación de la clase que sustenta el poder, la burguesía, que con la ultima revolución tecnológica del
s XX a perdido su pertenencia territorial o nacional , para transformarse en una clase de carácter internacional, o mejor dicho transnacionalizada.
No solo el poder coercitivo del Estado es el que asegura la reproducción de las relaciones sociales, aunque cuando tiene que descargar su violencia más despiadada no lo duda, es necesario articular una hegemonía política, ideológica y cultural, que sustente de forma más humanizada el capitalismo más desarrollado y más salvaje nunca antes visto.
 El Estado como cuerpo legalmente constituido y el cuadro administrativo como aplicador de las políticas emitidas por éste, debe recurrir  continuamente a la legitimidad ciudadana para encontrar aval en sus accionar. Debido a esto  reafirma de manera sistemática que las únicas políticas posibles son las elaboradas por ellos, aun en la aparente confrontación  de ideas que llevan los partidos políticos dentro del “juego democrático”.
Las clases sociales, dominadas participan de una concepción del mundo que les es impuesta por las clases dominantes. Y la ideología de las clases dominantes corresponde a su función histórica y no a los intereses y a la función histórica  de las clases dominadas. Son múltiples los canales o las vías por las cuales la burguesía impone de forma hegemónica su ideología, escuelas, universidades, diarios, cine, radio, televisión, periódicos, revistas, religiones, ONG, centros culturales, y todo tipo de organizaciones que puedan cumplir la misma función, cuanto mas disimulada mejor, cuanto mas irrelevante mas funcional.
“La hegemonía es esto: capacidad de unificar a través de la ideología  y de mantener unido un bloque social que, sin embargo, no es homogéneo, sino marcado por profundas contradicciones de clase. Una clase es hegemónica, dirigente y dominante, mientras con su acción política, ideológica, cultural logra mantener junto a sí a un grupo de fuerzas heterogéneas e impide que la contradicción existente entre estas fuerzas estalle, produciendo una crisis en la ideología dominante y conduciendo a su rechazo, el que coincide con las crisis política de la fuerza que está en el poder”. Antonio Gramsci.
Entonces podemos decir que en la actualidad, el bloque dominante no se encuentra en crisis, ya que su poder hegemónico no esta en disputa, de hecho la sociedad y toda su margen (desclasados, indigentes, lumproletariado y todo marginal) vive adormecida, una incomoda pero llevadera vida en continuo descenso.
La virtud de esta democracia ha sido el gran triunfo del disiplinamiento social, mas aún que el que obtuvo la dictadura del ´76 a través del asesinato estratégico y premeditado. A ésta democracia no le hizo falta torturas y fusilamientos, de esto ya se había encargado el proceso militar, el gran aparato ideológico construido esencialmente con la aplicación del neoliberalismo en los ´90, por parte del estado y los partidos políticos que lo sustentaban, logro generalizar las necesidades del bloque hegemónico, por un lado concentrar y centralizar los capitales, a través de profundizar la apertura del mercado nacional al capital extranjero, que ya había comenzado Martines de Hoz, y privatizando todos los recursos naturales y estratégicos del país, con el consiguiente aval de las grandes mayorías, por otro lado logro o mejor dicho reafirmo su política corporativista sumando a casi  todas las cúpulas sindicales, a la mesa de negociación como parte del gran negocio que se estaba llevando a cabo y con el consiguiente trabajo de estas hacia sus bases para no solo lograr su  consentimiento sino hasta su beneplácito.
Del otro lado del mostrador, el pueblo, desprovisto cada ves más de todo “tipo de protección”, las cúpulas sindicales ya habían claudicado, y las organizaciones políticas que decían estar con los intereses de la clase obrera caían en un desbande ideológico, producto en primer lugar, del corte que había logrado la dictadura con la desaparición física e intelectual de lo más avanzado del pueblo, que había estimulado un continuo y creciente estado de conciencia en el pueblo y en sus organizaciones políticas y reivindicativas.
El corte de ese proceso de concientización fue lo que permitió en gran medida la fácil aplicación del plan económico del neoliberalismo.



“La clase obrera, en el proceso de su formación, no puede ser aún conciente de sus propios intereses y de su función histórica. Es el resultado de todo un proceso lo que puede volverlas concientes. En dicho proceso social se entrelazan las influencias y la lucha de hegemonías diversas, ya sean políticas o culturales. La conquista de la hegemonía  se entiende como proceso. Pero la unidad de la teoría  y de la practica no es, de ninguna manera, algo mecánicamente dado, sino un devenir histórico que tiene su fase elemental y primitiva en el sentido de distinción, de separación, de independencia instintiva,  y que progresa hasta la posesión real y completa de una concepción del mundo coherente y unitaria”. Antonio Gramsci.
El medio condiciona al hombre y  en todo hombre está presente una conciencia impuesta por el ambiente en el que vive y actúa, por lo tanto está permeable a influencias diversas y contradictorias, enfrentadas a sus necesidades. Por eso en la conciencia del hombre, abandonada a la espontaneidad, todavía no conciente críticamente de sí misma, coexisten influencias y elementos dispares que se acumulan a través de estratificaciones sociales y culturales. La conciencia del hombre no es otra cosa que el resultado de una relación social y ella misma es una relación social. Por lo que nuestra conciencia es el resultado de un extenso y complicado desarrollo, que en la medida  que nuestro transcurrir en la vida se de en forma pasiva, subordinada, espontánea y no reflexiva, no podremos hacernos portadores de una conciencia critica, ser parte activa en la elaboración de la historia del mundo, planificar políticas ya sean económicas, culturales, de investigación, habitacionales, en definitiva construir un proyecto de nación que nos contenga y nos desarrolle como legítimos ciudadanos, con todos los derechos que otorga nuestra constitución.

domingo, 10 de octubre de 2010

La decadencia del Estado

La decadencia del Estado
Carlos A. Romero
1. El interés académico sobre el caos y la incertidumbre ha originado un debate sobre el pensamiento lineal y la racionalidad. Las tesis basadas en el equilibrio político se están cuestionando. Se origina así una discusión sobre los alcances de unas "grandes verdades" que el llamado mundo secular quiso imponer luego de la quiebra de la unión entre Imperio e Iglesia y el surgimiento de los Estados e Iglesias nacionales(1). De hecho, las tradiciones políticas están confrontadas por una realidad que exige respuestas colectivas para experiencias colectivas tales como, la economía global, la ecología planetaria y una tecnología virtual.

Una de esas verdades es aquella que plantea que la integración política territorial va en una sola dirección, y que el status y/o la clase ..."habían sustituido en el mundo desarrollado moderno unas bases de asociación política tan antiguas como la etnicidad y la religión" (2). De cierta forma, las ideas a partir de las cuales configuramos el espacio político y utilizamos para calificar las instituciones políticas provienen de esa tradición.

En este marco, aparecen nuevas y renovadas lealtades regionales, étnicas, lingüísticas y religiosas las cuales compiten e interactúan con perspectivas globales totalizadoras. Tanto las primeras como las segundas fortalecen el proceso de fragmentación del Estado, bien sea por razones domésticas o supra-nacionales(3).

Lo que sigue es el resultado parcial de una reflexión sobre el papel del Estado en las relaciones internacionales en nuestro tiempo. En este marco, nos preguntamos..¿ cuál es el tipo de relación que se establece entre la eventual decadencia del Estado como forma política por excelencia desde el siglo XVII y la necesidad de repensar las premisas intelectuales que dieron lugar a la racionalidad política, y dentro de ella a la ciencia política y a la teoría de las relaciones internacionales?.

Como dice Sheldon Wolin, la orientación del pensamiento político occidental ha marcado un tipo de dirección, tal es el de diseñar un orden a partir del caos político, el de tener una visión política arquitectónica basada en un reordenamiento imaginario de la vida política. Así, en la Edad Moderna se rompió con una visión teológica de la política fundamentada en la idea de Dios y el Cuerpo Místico de Cristo sustituyéndola por la secularización y la separación entre la Iglesia y la política. El objetivo principal fue el de observar la realidad política de acuerdo con los principios ordenadores emanados de la racionalidad: la Razón de Estado, la ley, los criterios seculares(4).

La sustitución de Dios por la Razón en la política llevó a la Historia, al Estado soberano y a la soberanía individual. Poco a poco se fue formando una tradición, la de la autonomía de la política y el poder político, la del Estado, y la del hombre como ser racional (5).

La ruptura entre Iglesia e Imperio significó el abandono de ciertas creencias que justificaron tal proceso. En la Alta Edad Media se identificaba la Iglesia y al Imperio. Cada reino cristiano era miembro de la sociedad cristiana, en cuya cabeza se encontraba el Pontífice Romano. Así, lo espiritual y lo temporal pertenecían a la Iglesia, aunque el Papa delegaba el ejercicio de la segunda en manos del Príncipe. En este sentido, el Reino se estableció en torno a la Ley, cuando el Estado comienza a reclamar sus propias instituciones públicas bajo el concepto de regia potestas, aunque siempre bajo la auctoritas papal (6). Esta visión fue cambiando en la medida en que el Príncipe se enmancipó, y con él se fue centralizando el poder, apariciendo las nociones de Estado y ciudadanía tendientes a superar las ideas de sangre, raza, lenguaje, localidad, y religión.

Maquiavelo representa con fuerza el cambio de lo medieval a la Modernidad. Con él, el pensamiento político se convierte en singular, en temporal y no universal; y a la vez, toda práctica intermedia de poder queda supeditada a la autoridad central (7). El paso intermedio entre la dispersión del poder y la concentración en la corona, cede a la limitación de la autoridad real y a los privilegios de la Iglesia y la nobleza en el marco de la Revolución Francesa. Desde ese momento, la autoridad de los reyes va a estar compartida por la autoridad del pueblo (8).

Con la Revolución Francesa culmina el proceso de estabilización del Estado-Nación. La sociedad europea, heredera de la Res publica-christiana medieval, surge como como consecuencia de la crisis del Imperio y el Papado en la Baja Edad Media, acentuándose en el Renacimiento y durante la Reforma. De esta forma, el modelo bifrontal del Imperio y el Papado cede ante una pluralidad de Estados que no reconocen un ente superior. Así surge el Sistema de Estados Europeos, a partir de la Paz de Westfalia, en el año de 1648 (9). Posteriormente el Sistema de Estados Europeos se convierte en un Sistema de Estados Mundial.

2. En nuestra época, se construye, cada día con más fuerza, un consenso sobre que el Estado-Nación como actor internacional se está agotando y que la respuesta que la Edad Moderna le dio al problema del poder es insuficiente para comprender los cambios actuales dentro de la llamada transición internacional. Dentro de esta perspectiva, el Realismo político fue la respuesta intelectual por excelencia. De hecho, "El Realismo está profundamente arraigado en el pensamiento occidental. Sin entender esto, no podemos ni comprender ni criticar nuestra propia tradición de pensamiento sobre la política internacional"(10).

La tradición realista genera entonces serias limitaciones para captar lo que está pasando: las transformaciones del espacio político global, el auge de los actores multilaterales y transnacionales, la aparición de prácticas políticas alternativas; de cierta manera, la recreación de la vida política sobre nuevas bases. En este sentido se produce un corto circuíto entre un clima intelectual que se está erosionando, el de la Modernidad, y el desencanto ante el gobierno y la desaparición de la confianza en la política como forma de pensamiento superior (11). Por otra parte, la soberanía, principio fundamental del Realismo, se convierte en un problema, dado que el Estado-Nación no puede actualmente garantizarla. La consecuencia firme de lo anterior es que la tradición ignoró o simplemente minimizó la importancia de los factores externos a la hora del análisis. En este sentido, parece paradójico pensar que la emulación de Occidente y sus elementos básicos, la industrialización y la democratización, tenga hoy poca validez.

La "culpa" de todo esto lo tiene la generalización de la experiencia europea: la urbanización, lo secular, la participación política, el Estado, el nacionalismo, son categorias que se heredan de la tradición moderna, y que a pesar de Marx y de Freud, no pudieron romper con una visión ingenua, la del desarrollo lineal, la de la mancha de aceite, la de la expansión de la cultura occidental, la de la creencia en que cada país estaba protegido por una cúpula imaginaria (12).

Pero no basta con decir que estamos ante una nueva fase histórica. Lo que interesa es sobre todo repensar las premisas intelectuales de la Modernidad. Lo que se consideró como un modelo permanente está cuestionado en sus cimientos y la pérdida de soberanía, el auge de los localismos, la fractura de los Estados tienden a ser fenómenos comunes. En el momento en que el Estado es más permeable y se desprende en parte de su soberanía para dársela a las organizaciones internacionales y supra- nacionales, "vemos con franco interés las previamente desacreditadas estructuras supranacionales y apreciamos de nuevo la importancia de las identidades regionales y locales" (13).

El sistema de Estados se pone en tela de juicio y esto pasa ya que se está en la presencia de una "internacionalización de la función pública", producto de un cambio profundo en el capitalismo. Recordemos que el capitalismo comercial e industrial está ligado a la formación de los estados nacionales y el llamado capitalismo de la información está ligado a su eventual desaparición como forma política por excelencia (14).

En este marco, cabe preguntarse "¿hasta qué punto la revolución modernista de relaciones espacio-tiempo expresadas por el principio de la soberanía estatal ofrece una explicación pausible de las prácticas políticas contempóraneas, incluyendo la práctica de los Estados?" (15).

Si el Estado-Nación está perdiendo una importante parte de sus funciones, si la economía nacional supera la economía mundial, y si estamos en la presencia de una reestructuración supranacional del globo, la modificación del paradigma realista es una necesidad. De hecho, el Estado- Nación pasa a constituir sólo una parte de un sistema mayor, el Sistema Global (16). Sin embargo, hay que aclarar que este proceso es histórico, poco rectilíneo, y lleno de contradicciones. En este sentido, " los procesos de cambios políticos extensos se complican, ante todo por el asincronismo histórico de los procesos de desarrollo. Mientras por un lado ya ha surgido un sinnúmero de organismos internacionales, y algunos Estados ya han cedido parte de su soberanía a instancias supranacionales (al menos dentro e la Unión Europea), en el Tercer Mundo hay Estados nacionales que apenas están en formación; además, estamos viviendo un renacimiento de reinvindicaciones nacionales, sobre todo en lugares donde estuvieron reprimidas por mucho tiempo, como es el caso de las antiguas Unión Soviética y Yugoslavia." ( 17).


3. La tendencia al desplazamiento de una constelación de Estados a una estructura internacional fragmentada, formada por más de 170 Estados y otros actores no estatales hace que el Realismo imposibilite conocer el camino a la interdependencia, la globalización y la transnacionalización. Por otra parte, la profunda interdependencia entre los Estados y la necesidad de cooperar entre ellos generan nuevos problemas, como lo son por ejemplo, la susceptibilidad de la política interna a los shocks externos y el cuestionamiento de la idea de una anarquía internacional permanente. En cuanto a la globalización, ésta impulsa un cruce permanente de intereses lo que significa un problema constante para el control político nacional.

La creciente difusión del poder y la búsqueda de un nuevo paradigma han impulsado dos perspectivas de naturaleza teórica: la llamada controversia entre neorrealistas y neoliberales, y la polémica entre quienes proclaman la desaparición del Estado-Nación y quienes aspiran al reacomodo de sus funciones. ( 18)

El debate entre neorealistas y neoliberales se basa en tres puntos principales: 1) el significado y las implicaciones de la anarquía internacional para el conflicto y la colaboración entre los Estados; 2) el problema de las ganancias y pérdidas en el momento de la negociación; 3) la tensión entre la negociación y la distribución del poder. (19)

Algunos autores realistas comprendieron que el viejo modelo basado en los conceptos de la política de poder y el interés nacional debía reformularse. De esta forma, se emprendió una nueva ruta teórica, dejando de lado la propuesta de Hans Morgenthau sobre el carácter individualista del ser humano, enfatizando la importancia y autonomía del sistema internacional frente a los Estados. (20)

En consecuencia, para los neorealistas, la globalización es el producto del reacomodo del balance de poder entre los Estados y el resultado de la distribución imperfecta del poder internacional y el poder particular de cada Estado .

Los neoliberales, por el contrario, enfatizan el estudio y la comprensión de los cambios globales en el marco de la economía internacional y no en el plano político. Por ello, se estima que estamos en la presencia de una "turbulencia global" en donde el universo de la política global está compuesto de dos mundos que interactúan: un mundo multicéntrico, formado por diversos tipos de actores relativamente con el mismo nivel, y un mundo de Estados centristas. Esto es lo que James Rosenau llama una "gobernabilidad sin gobiernos..."... "mecanismos reguladores en un campo de acción que funciona efectivamente , sin que esté formando parte de una autoridad formal" (21)

En cuanto al papel del Estado surgen dos perspectivas: la multidiplomacia y la paradiplomacia. Ambas perspectivas coinciden en que las relaciones internacionales no presentan ni la exclusividad de los Estados ni una anarquía internacional absoluta. Sin embargo, se diferencian en relación a su definición del rol del Estado. Para la diplomacia multivariada, "Los Estados continuán siendo los actores principales en la política mundial, pero sus vínculos con los actores transnacionales y sub- nacionales son cada día más estrechos y complementarios" (22). Para la paradiplomacia, la proliferación de actores transnacionales y sub-nacionales significa la virtual decadencia y el desplazamiento del Estado-Nación como actor principal en las relaciones internacionales.


4. Occidente está entrando en un complejo período de reexaminación en el cual las bases del pensamiento moderno se revalúan, proliferando las visiones, paradigmas y modelos que tratan de conocer la nueva situación. El Estado centralizado y territorial, la soberanía, el nacionalismo y la idea del ciudadano se cuestionan, a la par que en el ámbito de las relaciones internacionales, el Realismo se agota con sus propias limitaciones. De esta forma, el clima intelectual que dio lugar a la Ilustración, el cual permitió que dominara una visión racional de la política, basada en la idea del progreso, la separación entre el Estado y la sociedad y en el dominio legal del poder, ha perdido su vigencia.

Así, el Realismo y su visión de la política como lucha dominó el campo de estudio y aún en nuestros días compite con otras aproximaciones, muchas de ellas revisiones del enfoque general basado en la primacía del Estado , la separación de los planos interno y externo, el interés nacional y la consideración del poder como la variable central. En este marco, ..."la Razón de Estado junto con la racionalización de la estructura estatal, llevada a cabo por el orden jurídico legal, es decir racionalmente formulado y con validez general (frente al mosaico de derechos consetudinarios) y con la organización de la burocracia estatal, en que las funciones públicas son esparcidas dentro de competencias rigurosamente fijadas por el derecho, contribuyó fuertemente a la objetivación del Estado"...(23)

El proceso de globalización ha impulsado la modificación del Realismo. De hecho, el Estado-Nación pertenece a un período reciente de la historia y en consecuencia.." la aparición de organizaciones internacionles en el nivel global y regional, la creciente importancia de las empresas multinacionales y de otros agentes no estatales, incluídos especialmentel los movimientos terroristas y revolucionarios, la expansión de los contactos transnacionales y las nociones de independencia, han creado un nuevo conjunto de dimensiones en las relaciones internacionales" (24)

Esto no significa que estamos ante la presencia de la desaparición definitiva del Estado-Nación como actor principal en las relaciones internacionales. Estamos hablando de un largo proceso que nos obliga a analizar con elementos más variados la compleja red de actores y relaciones en el mundo globalizado, algo que va más allá de los supuestos del Realismo y en general del enfoque de la racionalidad.

Nos encontramos entonces entre dos eras esencialmente transnacionales, la medieval y la que está por llegar, la post-estatal.


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NOTAS 1)En: Nevil Johnson., Los Límites de la Ciencia Política. Madrid, Tecnos, 1989.
2)Veáse: Joseph R. Rudolph, Jr; Robert J. Thompson., Política Etnoterritorial. Barcelona, Ediciones Pomares- Corridor, S.A, 1992, p.9
3)En: John Kinkaid., "Constitutent Diplomacy in Federal Polities and the Nation States: Conflit and Cooperation". En: Hans J. Michelmann and Panayotis Soldatos., Federalism and International Relations. The Role of Subnational Units. Oxford, Clarendon Press, 1990, pp. 54-76 (p. 56)
4)Sheldon Wolin., Politics and Vision.New Halen, Yale University Press, 1960. Manuel García Pelayo., La Idea de la Política. Caracas, Cuadernos de la Fundación Manuel García Pelayo., nº 1, 1993.
5)En: R.B.J Walker., Inside/Outside. International Relations as Political Theory. Cambridge University Press, 1993, p. 31
6) En: Ernst H. Kantoriwicz., The King´s Two Bodies. A Study in Mediaeval Political Theology. Princeton, Princeton University Press, 1957.
7) R. B. J Walker., Op. Cit, p.62,
8)Veáse: Reinhard Bendix., La Razón Fortificada. Ensayos sobre el Conocimiento Social. México, Fondo de Cultura Económica, 1975
9) En: Antonio Truyol y Sierra., La Sociedad Internacional. Madrid, Alianza Editorial, 1974
10)En: Wolfgang Hein., "El Fin del Estado- Nación y el Nuevo Orden Mundial. Las Instituciones Políticas en Perspectiva". Nueva Sociedad, nº 132, pp. 83-99, (p. 87)
11) Robert Nisbet., Historia de la Idea del Progreso. Barcelona, Gedisa, 1991
12) Veáse: Reinhard Bendix, Op. Cit, p. 17
13)John H. Elliott., National and Comparative History. An Inaugural Lecture Delivered Before The University of Oxford on 10 May 1991. Oxford, Clarendon Press, 1991
14) En: Wolfgang Hein., Op. Cit.
15) R. B. J Walker., Op. Cit, p. 30
16)Eric J. Hobsbawn., Nations and Nationalism. Cambridge, Canto, Cambridge University Press, 1991
17) En: Wolfgang Hein, Op. Cit, p. 88
18)Veáse: Robert Powell., "Anarchy in International Relations Theory: The Neorealist-Neoliberal Debate". En: International Organization. Vol. 48, nº 2. Spring, 1994, pp. 313-344
19)Barry Buzan., "From International System to International Society. Structural Realism and Regime Theory Meet the English School". International Organization, Vol. 47, nº 3, Summer 1993, pp. 327-352
20)En: Hans Morgenthau., La Política entre las Naciones. La Lucha por el Poder y por la Paz. Buenos Aires, GEL, 1986.
21)James Rosenau., "Governance without Government". En: James N. Rosenau, Ernst Otto Czempiel., Governance without Government: Order and Change in World Politics. Cambridge, Cambridge University Press, 1992. Veáse también: James N. Rosenau., Turbulence in World Politics. A Theory of Change And Continuity. New York, Harverter-Wheat Sheaf, 1990.
22) En: Brian Hocking., Localizing Foreign Policy. London, Mac-Millan, 1993
23) En: Manuel García Pelayo., La Razón de Estado yOtros Escritos. Antología del Pensamiento Político. Giovanni Botero. Vol. III. Estudio Preliminar. Caracas, IEP-UCV, 1962, (p.51).
24) En: James E. Dougherty y Robert L. Pfalzgraff., Teorías en Pugna en las Relaciones Internacionales. Buenos Aires, GEL, 1993, (p.12). Veáse también: Samuel P. Huntington., The Clash of Civilizations?. John Olin Institute for Strategic Studies. Working Paper nº4, January 1993. Cambridge, Harvard University, 1993.

sábado, 9 de octubre de 2010

Transnacionalización

NUEVA ETAPA DEL DESARROLLO
DEL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA


1. CONTEXTO HISTÓRICO DE LAS CRISIS DEL CAPITALISMO

Para caracterizar y definir correctamente la etapa actual del desarrollo capitalista, es necesario hacer un análisis pormenorizado de la metamorfosis que han sufrido las fuerzas productivas y los modos de producción, en su continuo despliegue.
Varias crisis -secuenciadas en ciclos cortos y largos- ha padecido y ha debido superar el capitalismo, para poder asegurar su existencia. Luego de sucesivos períodos de intenso desarrollo, sobre todo en los siglos XIX y XX, ha desembocado inevitablemente en una secuencia de progresivas y profundas crisis. Para superarlas no ha sabido transitar otra salida que no fuera exteriorizar las crisis fuera de sus países respectivos, en una compleja red de producción, comercialización y distribución de mercancías, afectando de esta forma a la totalidad de países y poblaciones que componen nuestro planeta -aún con la existencia del bloque socialista- hasta convertirse en el primer sistema económico imperante de extensión mundial.
La primera guerra mundial, la segunda, la crisis del treinta, la crisis del petróleo, la caída de los tigres asiáticos, los “efectos” tequila y similares, el final del “uno a uno” con “corralito” y “pesificación asimétrica” etc. Crisis más o menos graves, unas largas otras cortas. Desplazamientos del centro de gravedad comercial y financiero de Europa hacia Estados Unidos, surgimiento, expansión y posterior extinción de los regímenes políticos imperiales-coloniales, la irrupción del bloque socialista junto con la emergencia del desafío hegemónico mundial, y la respuesta competitiva del capitalismo en la aceleración del desarrollo tecnológico y el colosal impulso dado a la descentralización de la producción, junto con el control monopólico de los mercados de consumo, ahora a escala global. De esta manera, el “capitalismo global” se mostró más dinámico en el desarrollo de las fuerzas productivas y en la reproducción ampliada del capital social que el “comunismo en un solo país”, promovido por la burocracia estatal stalinista.

Todas crisis, transformaciones y revoluciones que han afectado de forma continua la matriz del modo de producción capitalista, la comercialización de sus mercancías y, junto con ellas, las formas de dominación de las clases burguesas en pugna. Pero también estas transformaciones han incidido de forma determinante en las viejas organizaciones que se daban a sí mismos los Estados-Nación y en los “clásicos” modos “multilaterales” en que estos se relacionaban entre sí, transitando diversas fases que van desde el sistema colonial con apropiación directa de materias primas, la dependencia económica de los países de economía extractiva (en vías de desarrollo) basada en la colocación de productos elaborados por las economías industrializadas, y la más cercana -y designada por algunos- integración desigual de Estados centrales y periféricos.