Mariano Moreno
Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas iluciones sucederán a las antiguas, y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.
Mariano Moreno
Mariano Moreno
lunes, 27 de febrero de 2012
lunes, 13 de febrero de 2012
Mineras,represión y derechos humanos.
Como continuación al artículo sobre Peronismo y DDHH podríamos tratar de extender el mismo análisis a los recientes acontecimientos en Catamarca y La Rioja. Los proyectos de minería a cielo abierto generaron el resurgimiento de la movilización social para enfrentar tanto el nuevo emprendimiento de Fátima, firmado por el gobernador y patrocinado por el gobierno nacional, como los ya existentes en Catamarca.
Como decíamos en el artículo anterior hasta ahora la reivindicación de los derechos humanos se limitaba al enjuiciamiento de los militares de la dictadura, centralizando en ellos todo un proyecto económico, político e ideológico, cuando los mismos sólo habían sido la mano de obra barata y secundaria del terrorismo de Estado, ya que los verdaderos ideólogos de tan atroz proyecto eran los grandes capitales, hoy no solamente extrapolados del conflicto por el gobierno de turno sino siendo al igual que en los ’70 los principales motorizadores del propio sistema tanto en la centralización y concentración de capitales como en la producción del gerenciamiento político.
El rol del estado en la acumulación capitalista y como representante de la burguesía vuelve a explicitarse a medida que la renta social deja de alcanzar para el financiamiento de ciertas políticas de asistencialismo, que nunca fue una mayor distribución del PBI, y la momentánea meseta alcanzada en este ciclo económico se empieza a desdibujar. Frente a esta situación el Estado vuelve a ser disciplinador social a favor de las necesidades del gran capital por asegurar su renta.
Los acontecimientos en el norte Argentino debido a la imposición del proyecto minero y a las resistencias que se multiplican cada vez más en los diferentes pueblos han puesto al descubierto una vez más que las políticas de DDHH sostenidas por este gobierno lejos están de representar los verdaderos intereses de nuestro pueblo, sino que están dirigidas nada más a construir consenso político, a través del juzgamientos de viejos decrépitos, hoy descartables para el sistema, ya que aún posee las fabricas institucionales de las (FFAA) para seguir reproduciéndolos. Estos DDHH no dudan en reprimir a la gente por tratar de sobrevivir en sus lugares originarios en las mejores condiciones posibles, cuando ya no alcanza solamente con haber logrado un poco más de poder adquisitivo sino tratan de asegurar la protección de su ambiente natural ante la constante entrega de la tierra por parte de los gobiernos para la extracción de sus riquezas sin importar para nada el probable exterminio o contaminación de todo tipo de vida ya sea humana, animal o vegetal a costa de sus enriquecimiento de unos pocos.
Es lógico que el sistema de explotación capitalista empiece a mostrar resquebrajamientos, la seudo estabilidad económica solo fue producto del accionar de las masas en su irrupción política durante diciembre del 2001 por la cual la burguesía quedo avisada que ante el agudizamiento de la expoliación de las clases desposeída el caos y la ingobernabilidad podían agudizar la situación encausando la rabia y la furia del descontento social en algún tipo de organización capaz de poner en juicio la legitimidad del sistema burgués.
Hoy ante un nuevo escenario a nivel mundial donde una nueva crisis sacude la estantería del sistema de producción capitalista y del tipo de acumulación que este necesita es necesario volver a reorganizar la famosa distribución. Por esto es que hay que empezar a achicar nuevamente el rol del Estado, sacar el subsidio a las empresas privadas no es achicar sus ganancias sino reducir el nivel de acceso al consumo, sobre todo de los servicios básicos.
Y el conflicto desatado por la imposición del proyecto minero no escapa a esta lógica del modelo extractivo, está más que claro que a la hora de las decisiones el gobierno retoma su posición de fiel representante de los grupos económicos y si es necesario reprimir para asegurar el desarrollo del capitalismo ordenado lo va a hacer y sin que le titubee el pulso, de hecho no solo se reprimieron varios de los cortes como el de Belén , Amaicha del valle o Tinogosta en Catamarca con gases, balas de goma y perros sino que se impuso un estado de sitio controlando a todos los que circulan por el lugar a través de requisas y haciendo selectiva dicha circulación tanto para la prensa como para ciertos organismos de DDHH.
El progresismo K, todas las variantes del reformismo izquierdista que intentan continuamente revalidar el sistema de dominación como la posibilidad histórica, grandes defensoras de los DDHH como Cortiñas y Bonafini, personajes de la farándula como Víctor Hugo Morales y Paenza y los famosos intelectuales críticos tendrán que articular cada vez más los discursos para sostener la defensa del gobierno burgués y transnacionalizado que recorre nuestra época,. Semejantes acciones represivas eran parte del discurso del “nunca más” que vociferan los distintos representantes del aparato burocrático del Estado como los intelectuales orgánicos que le construyen el discurso y los que históricamente han defendido los DDHH y hoy se regocijan hablando de las bondades de este gobierno mientras las mazmorras del capitalismo siguen aceitadas y vigentes.
Como decíamos en el artículo anterior hasta ahora la reivindicación de los derechos humanos se limitaba al enjuiciamiento de los militares de la dictadura, centralizando en ellos todo un proyecto económico, político e ideológico, cuando los mismos sólo habían sido la mano de obra barata y secundaria del terrorismo de Estado, ya que los verdaderos ideólogos de tan atroz proyecto eran los grandes capitales, hoy no solamente extrapolados del conflicto por el gobierno de turno sino siendo al igual que en los ’70 los principales motorizadores del propio sistema tanto en la centralización y concentración de capitales como en la producción del gerenciamiento político.
El rol del estado en la acumulación capitalista y como representante de la burguesía vuelve a explicitarse a medida que la renta social deja de alcanzar para el financiamiento de ciertas políticas de asistencialismo, que nunca fue una mayor distribución del PBI, y la momentánea meseta alcanzada en este ciclo económico se empieza a desdibujar. Frente a esta situación el Estado vuelve a ser disciplinador social a favor de las necesidades del gran capital por asegurar su renta.
Los acontecimientos en el norte Argentino debido a la imposición del proyecto minero y a las resistencias que se multiplican cada vez más en los diferentes pueblos han puesto al descubierto una vez más que las políticas de DDHH sostenidas por este gobierno lejos están de representar los verdaderos intereses de nuestro pueblo, sino que están dirigidas nada más a construir consenso político, a través del juzgamientos de viejos decrépitos, hoy descartables para el sistema, ya que aún posee las fabricas institucionales de las (FFAA) para seguir reproduciéndolos. Estos DDHH no dudan en reprimir a la gente por tratar de sobrevivir en sus lugares originarios en las mejores condiciones posibles, cuando ya no alcanza solamente con haber logrado un poco más de poder adquisitivo sino tratan de asegurar la protección de su ambiente natural ante la constante entrega de la tierra por parte de los gobiernos para la extracción de sus riquezas sin importar para nada el probable exterminio o contaminación de todo tipo de vida ya sea humana, animal o vegetal a costa de sus enriquecimiento de unos pocos.
Es lógico que el sistema de explotación capitalista empiece a mostrar resquebrajamientos, la seudo estabilidad económica solo fue producto del accionar de las masas en su irrupción política durante diciembre del 2001 por la cual la burguesía quedo avisada que ante el agudizamiento de la expoliación de las clases desposeída el caos y la ingobernabilidad podían agudizar la situación encausando la rabia y la furia del descontento social en algún tipo de organización capaz de poner en juicio la legitimidad del sistema burgués.
Hoy ante un nuevo escenario a nivel mundial donde una nueva crisis sacude la estantería del sistema de producción capitalista y del tipo de acumulación que este necesita es necesario volver a reorganizar la famosa distribución. Por esto es que hay que empezar a achicar nuevamente el rol del Estado, sacar el subsidio a las empresas privadas no es achicar sus ganancias sino reducir el nivel de acceso al consumo, sobre todo de los servicios básicos.
Y el conflicto desatado por la imposición del proyecto minero no escapa a esta lógica del modelo extractivo, está más que claro que a la hora de las decisiones el gobierno retoma su posición de fiel representante de los grupos económicos y si es necesario reprimir para asegurar el desarrollo del capitalismo ordenado lo va a hacer y sin que le titubee el pulso, de hecho no solo se reprimieron varios de los cortes como el de Belén , Amaicha del valle o Tinogosta en Catamarca con gases, balas de goma y perros sino que se impuso un estado de sitio controlando a todos los que circulan por el lugar a través de requisas y haciendo selectiva dicha circulación tanto para la prensa como para ciertos organismos de DDHH.
El progresismo K, todas las variantes del reformismo izquierdista que intentan continuamente revalidar el sistema de dominación como la posibilidad histórica, grandes defensoras de los DDHH como Cortiñas y Bonafini, personajes de la farándula como Víctor Hugo Morales y Paenza y los famosos intelectuales críticos tendrán que articular cada vez más los discursos para sostener la defensa del gobierno burgués y transnacionalizado que recorre nuestra época,. Semejantes acciones represivas eran parte del discurso del “nunca más” que vociferan los distintos representantes del aparato burocrático del Estado como los intelectuales orgánicos que le construyen el discurso y los que históricamente han defendido los DDHH y hoy se regocijan hablando de las bondades de este gobierno mientras las mazmorras del capitalismo siguen aceitadas y vigentes.
sábado, 4 de febrero de 2012
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