Mariano Moreno

Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas iluciones sucederán a las antiguas, y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.
Mariano Moreno

lunes, 28 de febrero de 2011

2. Configuración del Capitalismo Contemporáneo


2. Configuración del Capitalismo Contemporáneo
El viejo Capitalismo Mercantil-Industrial (CMI), que resurgió luego de la crisis del ‘30,y cuya cabal expresión política fue el Estado de Bienestar Social, mutó a Capitalismo Monopolista de Estado (CME) y su expresión más clara y concreta se dio en la guerra ínter imperialista desatada por la irrupción de la Alemania Nazi.
En Latinoamérica, más adelante, la resolución imperialista de las crisis del desarrollo del capitalismo, se expresó con la imposición de los criminales planes económicos diseñados por los más concentrados consorcios de monopolios y financistas, mediante el perverso pero eficiente mecanismo financiero de expropiación del capital social denominado “deuda externa”, a través de las consecuentes dictaduras militares en la mayoría de nuestros países, para lo cual han tenido que apoderarse -a sangre y fuego de la maquinaria estatal, para tomar el mando, subordinar y alinear a las oligarquías nacionales que -hasta ese entonces- los dirigían, e imponer un férreo disciplinamiento a las masas trabajadoras y, en especial, a sus sectores políticos más avanzados.
Mientras tanto, el inexorable avance de la ley histórica general del capitalismo –en tanto sistema- expresada objetivamente en lo económico como tendencia decreciente de la tasa de ganancia total, ha experimentado una notable aceleración, sumada al progresivo retraso relativo de la porción de capital social apropiado por las oligarquías nativas consolidadas en los diferentes territorios respecto de las transnacionales, han generado las condiciones materiales necesarias para que el capital monopólico y financiero más concentrado retome la iniciativa política, revolucionando las fuerzas productivas y logrando, una vez más, sobrevivir a la crisis a expensas de las “burguesías nacionales” y el proletariado de todas las naciones.
En este proceso, puede identificarse la acción combinada de -al menos- dos causas. Por un lado la monopolización de los mercados -como negación de la libre competencia capitalista, con control de la comercialización y de la distribución de las mercancías y por el otro lado, la descentralización de los procesos de producción optimizando la explotación intensiva de fuerza de trabajo degradada y barata a nivel mundial, generando -en consecuencia- cada vez mayor cantidad de población sobrante para el circuito del capital: grandes masas de desocupados que, al ser excluidos del trabajo formal, se ven imposibilitados de acceder al consumo mínimo para su manutención.
Para superar las sucesivas crisis que se les fueron generando, el capitalismo estuvo obligado a transformarse, deviniendo en una necesaria transnacionalización capitalista a la cual denominamos, Capitalismo Monopolista y Financiero Transnacional (CFT).

miércoles, 23 de febrero de 2011

TRANSNACIONALIZACIÓN: NUEVA ETAPA DEL DESARROLLO DEL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA

  1. Contexto Histórico de las Crisis del Capitalismo

Para caracterizar y definir correctamente la etapa actual del desarrollo capitalista, es necesario hacer un análisis pormenorizado de la metamorfosis que han sufrido las fuerzas productivas y los modos de producción, en su continuo despliegue.
Varias crisis -secuenciadas en ciclos cortos y largos- ha padecido y ha debido superar el capitalismo, para poder asegurar su existencia. Luego de sucesivos períodos de intenso desarrollo, sobre todo en los siglos XIX y XX, ha desembocado inevitablemente en una secuencia de progresivas y profundas crisis. Para superarlas no ha sabido transitar otra salida que no fuera exteriorizar las crisis fuera de sus países respectivos, en una compleja red de producción, comercialización y distribución de mercancías, afectando de esta forma a la totalidad de países y poblaciones que componen nuestro planeta -aún con la existencia del bloque socialista- hasta convertirse en el primer sistema económico imperante de extensión mundial.
La primera guerra mundial, la segunda, la crisis del treinta, la crisis del petróleo, la caída de los tigres asiáticos, los “efectos” tequila y similares, el final del “uno a uno” con “corralito” y “pesificación asimétrica” etc. Crisis más o menos graves, unas largas otras cortas. Desplazamientos del centro de gravedad comercial y financiero de Europa hacia Estados Unidos, surgimiento, expansión y posterior extinción de los regímenes políticos imperiales-coloniales, la irrupción del bloque socialista junto con la emergencia del desafío hegemónico mundial, y la respuesta competitiva del capitalismo en la aceleración del desarrollo tecnológico y el colosal impulso dado a la descentralización de la producción, junto con el control monopólico de los mercados de consumo, ahora a escala global. De esta manera, el “capitalismo global” se mostró más dinámico en el desarrollo de las fuerzas productivas y en la reproducción ampliada del capital social que el “comunismo en un solo país”, promovido por la burocracia estatal stalinista.

Todas crisis, transformaciones y revoluciones que han afectado de forma continua la matriz del modo de producción capitalista, la comercialización de sus mercancías y, junto con ellas, las formas de dominación de las clases burguesas en pugna. Pero también estas transformaciones han incidido de forma determinante en las viejas organizaciones que se daban a sí mismos los Estados-Nación y en los “clásicos” modos “multilaterales” en que estos se relacionaban entre sí, transitando diversas fases que van desde el sistema colonial con apropiación directa de materias primas, la dependencia económica de los países de economía extractiva (en vías de desarrollo) basada en la colocación de productos elaborados por las economías industrializadas, y la más cercana -y designada por algunos- integración desigual de Estados centrales y periféricos.